OCEANOS Y MARES.
Los seres humanos, para vivir en la Tierra, buscan en los ocèanos gran cantidad de alimentos para nutrirse, porque en sus aguas habitan miles de millones de plantas mocroscopicas que, ademàs de ser fuente de alimentos, tienen como funciòn producir oxìgeno, gas precioso e indispensable, que respiran los seres vivos.
Las aguas de los ocèanos regulan la tempertura de las diferente regiones del planeta Tierra. Los movimientos, de rotaciòn y de traslaciòn del planeta Tierra, forman corrientes de aguas, que son calientes y frìas, y al moverse por sus conductos naturales, mantienen temperaturas aceptables en las diferentes àreas del planeta.
El paso del planeta Tierra alrededor del Sol hace que cantidades enormes de agua se evaporen para despuès caer en forma de agua lluvia o nieve, en otras partes de la superficie de la Tierra.
Las aguas de los ocèanos actùan como reservas gigantes de calor, al punto de guardar los excesos de los rayos solares, para que las zonas tropicales, ubicadas sobre o cercanas a la lìnea del Ecuador, no se quemen, mediante el proceso de la combustiòn espontànea.
Los ocèanos, en el fondo de sus profundidades, albergan montañas y cordilleras altìsimas, igual que inmensos valles y llanuras, donde se encuentran volcanes en plena actividad. En esa variada topografìa se encuentran grandes cantidades de seres vivos, que son recursos naturales que se explotan para garantizar la supervovencia de los seres humanos.
Desde la profundidad de los ocèanos hasta la superficie surgen las islas y los continentes, como efecto de las placas tectònicas, que dividen los grandes volùmenes de aguas saladas en cinco ocèanos diferentes y en varias decenas de mares.
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